Vibrantes
, coloridas y únicas.
Así
son las creaciones de esta mujer. Moda, arte y artesanía se dan la
mano en Isedas , Inma Mañes nos lo enseñó durante durante esta
entrevista.
Se
define como pintora y artesana , pero sin duda también tiene mucho
de artista y diseñadora , haciendo gala de todo esto y como no podía
ser de otro modo nos abrió la puerta en pleno proceso creativo. Así
encontramos a Inma nada más entrar en su estudio , las sedas y las
pinturas lo inundan todo en la estancia, así que es casi obligado
que comencemos preguntándole por ellas.
Lo
que hace especiales tus diseños sin duda es la técnica que usas
para pintarlos, la técnica del batik, cuéntanos, ¿cómo conociste
esta técnica y que tiene para ti de especial para convertirla en el
centro de tu trabajo?
La
técnica la aprendí cuando estudiaba Bellas artes, y no la recogí
hasta un montón de años después, porque yo empecé a dedicarme al
mundo del diseño y entonces lo tenía un poco abandonado y fue con
el hecho de tener que hacer una pieza para una exposición de
erotismo y pornografía en Madrid, por lo que decidí elegir una seda
y pintarla con el batik. Es un una técnica maravillosa porque la
seda se comporta de una manera muy vibrante con los colores... casi
me ha elegido la seda a mí en lugar de yo a la seda.
Cuando
alguien está aprendiendo a dibujar se le suele decir que no tenga
miedo a equivocarse y que pinte... ¿al comienzo de emplear esta
técnica tuviste miedo a pintar sobre un material tan delicado como
la seda?
Ninguno,
yo no tengo miedo a los soportes.
Tus
diseños se crean con una tela muy exquisita como es la seda, pero en
los dibujos hay mucha variedad: naturaleza, formas geométricas,
música, mujeres... ¿Están tus diseños dirigidos a un tipo de
clientela en especial o abarcas distintos tipos de clientes?
A
ver, yo no he hecho un “target” de clientela. Lo que sí
que tengo muy claro siempre es que yo trabajo para mujeres, no para
modelos, entonces mi incursión en el mundo de la moda es desde un
punto de vista muy artístico. Lo único que pasa es que decidí en
un momento dado que todas estas creaciones, me gustaría, en ese
momento pensé, que las llevaran en la calle, que fuera una especie
de arte activo. Mira, un día pensé: “voy a comprarme un vestido
que flote, una cosa de esas que dices un verano. Voy a comprarme un
vestido y quiero que flote”, y no encontré nada, absolutamente
nada de nada. Entonces dije, vale, pues voy a hacerlos yo.
Los
vestidos que yo diseño tal cual los hago caen, entonces se lo puede
poner cualquier tipo de cuerpo. Es decir, si tú tienes la cadera más
ancha o el pecho más grande, o lo que sea, como la seda además
tiende a ir hacia abajo con rotundidad, entonces quedan bonitos en
cualquier tipo de cuerpo que es lo que yo pretendo, vestir a
cualquier tipo de mujer.
Dentro
la gama de tus productos, aparte de prendas de vestir hemos visto que
también has hecho foluards, corbatas, cojines,
e incluso un panel. ¿Te planteas seguir ampliando tus creaciones en
complementos o en el sector textil hogar?
No
me interesa especialmente. Fíjate que los paneles japoneses sí que
me interesan pero es una cosa que sale muy cara entonces... hice un
panel japonés de siete metros para una casa en el Cabanyal y eso
luce mucho, pero no me lo planteo, la verdad. Es que el mundo de los
complementos , como tengo que trabajar en
un soporte tan reducido, una cosa son los
paneles, que sí; pero el hecho de trabajar en un pañuelo, tan
reducido, reducirme a un abanico... como que me es menos tentador.
Ya ves los bastidores, me gusta explayarme con los tintes, que es
mucho más bonito ver como se expande una tinta o como la determinas
en un espacio grande que en un espacio chiquitito. En el chiquitito,
como que se pierden todos los detalles, creo yo.
Eres
una diseñadora que pinta sobre sus telas. ¿Con qué faceta te
sientes más identificada: la de artista plástica o diseñadora?
Yo
soy pintora
Claramente,
rotundamente.
Rotundamente
pintora. El tema es que me gusta la moda. Creo que como a la mayoría
de las personas que se interesan por el entorno, les interesa la
moda. En realidad es nuestra manera de mostrarnos al mundo por
ejemplo con la ropa que llevamos. Entonces yo estudié temas de
género hace años en un postgrado y pretendo que la ropa exprese
algo. No deja de ser una expresión artística, osea, el hecho de
acoplarle algo con una forma determinada escultórica o no, especial
o no, simplemente dejar caer o hacer una forma más concreta, pues a
mí me parece una forma de modelar a la mujer. Cuando viene una
clienta y yo le veo el cuerpo ya sé qué ponerle. Eso es una
cuestión de conocimiento de anatomía, por eso me defino más como
artista. Yo soy una gran artesana que cree que la artesanía y el
arte, la artesanía artística y el arte, están muy unidos, siempre
y cuando no llegues a ser sublime, que es cuando llegas a ser
artista. Por lo menos bajo mi punto de vista, y yo sublime no soy, es
verdad, para qué nos vamos a engañar. Si fuera sublime pintando no
me estaría dedicando a esto, estaría haciéndolo por gusto, para
mis amigas.
Aunque
te hayas definido más como pintora, ya que también diseñas me
gustaría hacerte una pregunta referente al mundo de la moda, ¿qué
opinas del formato actual de desfile, modelo,pasarela,música, crees
que tiene fecha de caducidad?
Yo
creo que esta caducado ya, lo que pasa es que no nos damos cuenta,
entonces hay determinados sectores que siguen con el mismo
movimiento. Yo pienso que ahora es todo mucho más global, he visto
por ejemplo trabajos de fotógrafos que trabajan con movimiento y
revelan todo ese movimiento en fotografía. Me pareció fantástico:
se hace la fotografía en fotogramas y entonces el vestido va
moviéndose. Requiere de la modelo, evidentemente, pero el resultado
final es vídeo o fotografía en movimiento que lo que hace es que se
vea el vestido por todas partes.
Entonces
yo lo que hago es normalmente, cuando voy a hacer las fotografías,
selecciono varias mujeres de diferentes tallas y diferentes edades.
Creo
que hay ahí una disfunción en el desfile que tiene que recuperarse
a base de profesionalidad, tanto de las modelos, como de las
agencias, como de los fotógrafos que tienen una gran parte de
“culpa” de todo, de culpa entre comillas.
Toda
la industria.
Claro,
es la imagen que nos dan: “No, es que luego esta retocado con
Photoshop.” Yo retoco absolutamente todo con Photoshop y no le
cambio la esencia. Es decir, yo puedo quitar una arruga de un ojo,
pero no puedo cambiarle la cara. Es que es tan ridículo el hecho de
cambiar una cara simplemente por el objetivo de cambiarla. Se meten
en un círculo estético concreto del que no pueden salir luego
porque están encerrados en ese círculo, en esa estética, en ese
canon. Yo prefiero tener un canon abierto, para mí la belleza es
otra cosa. De hecho, parto haciéndola para reflejarla. Hay una cosa
muy importante en mi trabajo y es que todas las mujeres que se han
comprado un vestido están super agradecidas y lo llevan super
agusto, y para mí eso fundamental.
Una
cosa es desfilarlo, mostrarlo. Hay muchas maneras de mostrarlo, pero
otra cosa es ya el hecho de que una vez se lo ha puesto una persona
normal que no es esa modelo a la que se lo acoplan con alfileres y
tal y cual, tiene que ser que el vestido te funcione, y yo de
momento, estoy contenta con eso porque funcionan.
Algo
realmente complicado. Encontrar un vestido bonito y que te siente
bien es muy difícil porque cuando se ponen a diseñar, hay veces que
diseñan sólo para un tipo de mujer y todas no entramos en ese
canon.
Ese
es el tema. Mírame a mí y soy incapaz de ponerme un vestido por ahí
que me quede bien, y he ido con mi hermana que pesa diez quilos más
que yo y tiene unas formas más redondas… y es que es como
insultante, pero sigue siéndolo a lo largo de los años, sigue
siéndolo y sigue siéndolo y no estamos removiendo nada.
Es
decir, si hemos llegado ya a un momento en el que las mujeres somos
otra cosa , reclamemos otra ropa, reclamemos otros patrones,
reclamemos otro tipo de vestirnos, que hay mil maneras y ahora ya el
tema de los colores de temporada y todo eso, todo eso se ha perdido
porque nuestra manera de ver el mundo es otra. Hemos entrado ya en
una era digital en la que ya no es rojo o azul, esta toda la gama de
en medio, entonces creo que hemos aprendido a ver de otra forma, pero
si no lo plasmamos, si seguimos metiendo a la mujer en los mismos
cánones que tenía y con el mismo estilo que tenía, pues no
llegamos a ninguna parte. Yo pretendo cambiar eso.
Y
volviendo a tus obras...¿qué es lo que te gustaría transmitir con
tus creaciones a la gente que vista de tu firma?
No
es ya lo que yo trato de transmitir sino la posibilidad que les doy a
ellas de expresarlo ellas. Osea, yo trato esto como un vehículo,
como un medio, más que como un fin, entonces tiene que ser que el
color te acople. Ha habido una clienta por ejemplo que me dijo “no,
yo es que quiero oscuros”, y acabó llevándose un naranja
espectacular. Es que los colores son muy importantes: hay colores que
rejuvenecen, hay otros que envejecen, unos que te ponen más triste,
otros que te ponen más contento y es verdad que cuando nos
levantamos por la mañana y nos ponemos la ropa depende del estado
que tienes. Entonces si una mañana quieres alegrarte el día, eliges
una cosa alegre, colorida, tal si lo que quieres es pasar
desapercibido vamos de oscuro, vas más neutro aunque no sean
oscuros, pero colores como más serios.
Yo
lo que quiero es que estas creaciones las lleve alguien que le
aporten cosas que no sea la creación la que aporta a la persona,
sino la persona la que aporta al vestido.
Que
se complementen.
Exactamente,
retroalimentación se llama.
¿Dónde
se pueden encontrar tus productos a parte de en tu tienda?
Estoy
vendiendo en la tienda del Colegio del Arte mayor de la Seda. Es el
único sitio donde tengo piezas, porque ellos destinan su beneficio a
reconstruir el edificio, entonces es un tema muy interesante la
verdad y aparte todo lo que hay allí es seda. No sé si habéis ido
a verlo, pero es super bonita la tienda, con complementos y de todo,
super chula.
¿Y algún nuevo proyecto del que nos puedas hablar?
Muchas gracias Inma por concedernos esta entrevista.